domingo, 15 de julio de 2007

Resumen: La tregua



Libro: La tregua

Autor: Mario Benedetti


Martín Santomé era un hombre ya cerca de cumplir los 50 años de edad, tiempo en que se jubilaría de su trabajo. Santomé relata en su diario cómo su vida se tornaba monótona y aburrida tras la muerte de su esposa Isabel. Martín se sentía solo a pesar de que tenía tres hijos a quienes crió, pues no mantenía una buena relación con ellos.

Los tres hijos de Santomé eran Jaime, Blanca y Esteban. Según Martín, ninguno de sus hijos se parecía a él. Sus tres hijos eran más enérgicos y decididos que él. El preferido de Martín era Jaime por su sensibilidad e inteligencia, aunque admitía que nunca podía mantener conversaciones con él porque siempre terminaban en discusión.

Santomé trabajaba en una empresa automotriz, en donde se desempeñaba como contable. Su vida giraba en torno al trabajo y siempre pensaba qué haría al momento de su jubilación. Es ahí donde conoció a Laura Avellaneda, quien recién llegaba a la empresa junto a otros dos caballeros que también fueron contratados y que estarían bajo su mando. Laura era una joven de veinticinco años de edad y de una atractiva apariencia física.

La relación entre Martín y Laura creció poco a poco. Inicialmente no era más que una relación de trabajo en la que compartían durante horas extras, pero luego comenzaron a tener encuentros casuales. En los momentos que pasaban juntos Laura le enseñó a Santomé darle importancia a los detalles más pequeños de la vida y así él empezó a conocer el verdadero significado del amor.

Laura ayudó a Martín a que la relación con sus hijos mejorara, simultáneamente Blanca y ella comenzaron una amistad. Martín tuvo su primera conversación con Jaime, gracias a los consejos que Laura le proveía. Jaime decidió irse y le dejó una carta a Martín en donde le describió el mal padre que había sido y le declaró que era homosexual.

En ocasiones, Martín comparaba la relación que había tenido con Isabel y la que luego mantuvo con Avellaneda. Santomé pensaba que con Isabel fue algo mas carnal, que era una mujer muy atractiva y sensual. Por otro lado, que Laura aunque menos atractiva era más inteligente y sentía mayor compatibilidad, debido a que sostenía con ella conversasiones de su mismo nivel de intelecto que le permitían sentirse muy contento.

Martín anciaba que llegara el momento de jubilarse. Una vez jubilado le propondría matrimonio a Laura. También, Santomé deseaba acercarse más Dios, pues lo había ignorado hace mucho tiempo y entendía que ahora él le concedía una tregua al ponerle en su vida a Laura.

Santomé era sumamente feliz hasta el momento en que recibió una llamada del tío de Laura. Ella había muerto. Martín no podía aceptar lo que había sucedido con Avellaneda. Santomé escribió en su diario que su vida ya no tenía propósito. Martín se jubiló e indicó que no escribiría más en su diario, ya que lo único importante para él era Laura. Finalmente, Santomé recogió su oficina. La historia culminó cuando expresó en su diario que después de tanta espera había llegado el ocio y se preguntó qué haría con él.
Por: Jorge Viera Pina
13 de marzo de 2007

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